Es el tejido elaborado con el pelo (fibras largas y flexibles), de las ovejas y los carneros, cabras, vicuñas, alpacas etc.
La finura y el rizado de la lana determinan su apariencia y el resto de sus características. Según la forma de tejerla, puede ser terciopelo, franela, fieltro, etc. A veces se mezcla con seda o viscosa, que le dan suavidad.
Cálida y difícilmente inflamable. Las células exteriores de la fibra repelen el agua, mientras que las interiores absorben la humedad, lo que hace que sea de mucho abrigo.
La lana se utiliza especialmente en la elaboración de paños, mantas y tejidos de punto. Las telas hechas con lana son frescas y pesadas. Se arrugan muy poco. Eso sí absorben mucha humedad antes de dar la sensación de estar mojadas.
Los tejidos de lana se lavan en agua fría o tibia, no deben dejarse en remojo, ya que pueden encoger. Es mejor lavar a mano con un detergente para prendas sensibles, aunque algunas se pueden lavar a máquina.
Cuidados de la lana:
- Las atacan las polillas.
- Para plancharla, se debe colocar un trapo o tela de algodón por encima, porque el calor directo de la plancha la chamusca.
- La lana no resiste el lavado con jabones fuertes, por lo tanto se debe lavar con agua fría, con jabón suave, sin dejarla enjabonada por largo tiempo, se debe enjuagar bien con agua limpia. No escurrir retorciéndola pues se deforma la prenda. Escurra haciendo presión con las manos. Deje secar la prenda a la sombra o al viento pero nunca al sol directo.